Eurocine 21 años
Por Orisel Castro – programadora
Este año, Eurocine celebra su aniversario 21. A las puertas del fin del mundo, se ríe de la presunta muerte del cine con una vitalidad que sale de debajo de la tierra y viene de casi todos los confines del globo. Eurocine amplía su espectro y erupciona después de las utopías con la fuerza de la subversión y el humor irreverente de la diversidad. Los programadores se visten de arqueólogos para buscar el brillo y desempolvar los materiales preciosos en esta alineación de lo más especial del cine europeo contemporáneo.
“Como en las excavaciones arqueológicas: una vez cuadriculado el espacio, habría que avanzar dando sutiles brochazos para no alterar ni perder nada de ese nosotros mismos”
(Elogio de la creolidad)
Los grandes maestros bordan de virtuosismo el programa. Invocamos a Ingmar Bergman, a Chris Marker, Alain Resnais, Luis Ospina y a Rohmer, indirectamente. Convocamos a las autoras jóvenes que dialogan con ellos en su cine y a otros autores consagrados pero vivos, que se retan a sí mismos en sus más recientes obras. Mati Diop, Alice Rohwacher, Anna Hints, Mia Hansen-Løve y Zaida Carmona responden a los primeros, mientras vuelven a las pantallas los bien conocidos Víctor Erice y Nanni Moretti, que junto a los jóvenes imparables, piensan sobre el propio cine de formas inéditas.
Europa al día se centra en el magma latente de las protagonistas y las directoras, que a menudo coinciden en un mismo título y componen una amalgama de estilos y formas que revitalizan al cine con la fuerza de lo que se libera por primera vez de manera colectiva. Hay rabia, deseo, sátira y denuncia, poesía, amor, serenidad y observación atenta. Las mujeres desbordan una sección y pueblan todo el programa de este año, prometiendo un porvenir más equilibrado.
Europa se supera y mira a otras latitudes para ampliar la reflexión y traerla más cerca de este lado del mundo. El tema de lo colonial aflora desde varios puntos de vista y la discusión se extiende a las salas de este festival. Una poeta francesa en Corea del Sur, una rumana explotada por una coproducción alemana, unas piezas que regresan a África o que son vistas en el museo francés e inspiran desde hace décadas el debate. Una alemana en una isla sueca se enfrenta a los fantasmas del cine en mayúsculas: el masculino. El cine colombiano reclama su propia historia y una universidad en Argentina lucha por mantener las puertas abiertas y conservar unos ideales en un contexto neoliberal. Las películas se levantan contra todas las opresiones y se sacuden la tradición anquilosada para renovarse. Y con el cine, una oportunidad para sacudir a este mundo y poner en valor lo que ha permanecido bajo la tierra.